El niño y el balancin

Había una vez un niño jugando en el balancín. Debajo del balancín había una hormiga. Se paro con los pies. El niño pensó: Esta hormiga, puede ser mi mascota. Entonces fue a preguntar a su madre, si podía criar de mascota a la hormiguita.
La mama le contesto - las hormigas son muy pequeñitas y se pueden escapar. Esa misma noche se escapo la hormiguita. Entonces fueron a buscar mas hormigas al hormiguero; se llevaron todo el día.
Estas se escaparon y anidaron el jardín de la casa. Esa noche se comieron todas las plantas y formaron un hormiguero gigante. Entonces el niño se puso muy triste y preocupado. El niño ya no quiso tener mas hormiguitas nunca mas.

El patito se escapo de casa

Habia una vez un patito que estaba durmiendo. Cuando se levanto de su camita se escapo sin que mama le viera. Luego se fue a un estanque y se encontró solo y triste. De repente aparecieron unos cazadores. Sintió mucho miedo y empezó a aletear muy fuerte y empezó a volar, dando picotazos se escapo y volvió a casa. La mama estaba muy preocupada porque patito era muy pequeñito, para salir de casa. Cuando llego patito, mama pata le abrazo muy fuerte con sus enormes alas. La mama le aconsejo que no volviera a escapar solo de casa; que podría venir otra vez los cazadores. También le dijo lo mucho que le quería y siempre estaba dispuesta a cuidarle para que no le sucediera nada.

La rana y el saltamonte

Había una vez un saltamontes que estaba saltando camino al estanque. De repente se encontró con una rana y se asusto mucho. Se escapo deprisa llegando a un parque; con el miedo que tenia se subio a un tobogán. La rana con su lengua le intentaba atrapar para comérselo. Al sacar la lengua la rana para atrapar al saltamontes. Se le quedo pegada la lengua al tobogán. Vinieron unas hormigas, y le ayudaron a sacarle la lengua, cuando terminaron de sacarle la lengua, quiso comerse a las hormigas. Pero estas huyeron al hormiguero, la rana llego al hormiguero y se aspiro a las hormigas. Camino al estanque, se canso mucho por haber comido tantas hormigas, tenia la panza a punto de reventar y se echo la siesta de cansancio. Cuando llego su padre le dijo, donde se había metido y que tenia que hacer los deberes del colegio. Mientras tanto, el saltamonte a salvo se refugio en su casita.